PROSPECTIVA DE UNA CULTURA
DE LA VEJEZ
En
la actualidad existen muchos estereotipos en el tema de la vejez, prejuicios contra la vejez, y
hasta la llamada gerontofobia.
Entre los prejuicios
negativos que la cultura ha reservado para la vejez se encuentran los
siguientes: "La vejez como antesala de la muerte, como un mundo de dolor",
"Llegar a viejo es quedarse solo sin ningún apoyo", "La vejez
como sinónimo de enfermedad y deterioro físico", "Para el viejo todo
se acaba, todo termina”.
Pero no en todas las
culturas la vejez es vista como una etapa de la vida mala existen algunas designaciones
de carácter social que ofrecen una imagen muy positiva de la vejez. La vejez en algunas culturas es vista como
la edad dorada, "La vejez hermosa
época de cosecha, de paz y de tranquilidad", “la vejez como etapa de
conocimiento y adquisición de experiencia total”.
Según estudios realizados
en nuestro país se considera vieja a una
persona según la sociedad Colombiana desde lo 65 años aproximadamente y al hablar
de vejez se mencionan factores tales como la menor fuerza física, los cambios
en la apariencia corporal y la pérdida de memoria, más que por la edad en sí
misma.
Como seres humanos debemos
dejar estos estereotipos a un lado para empezar a crear una cultura de la vejez
que nos permita proteger a las personas de la tercera edad, porque ellos
también hacen parte de nuestra sociedad, son personas que han aportado a
nuestra sociedad son de las personas que mas vamos aprender ya que tienen un
recorrido por cada una de las etapas y tienen mucho que aportarnos, todo
llegaremos a las tercera edad y si se siguen con esos estereotipos y con ese
concepto no tan bueno de l vejez posiblemente mas adelante vamos a ser
rechazados por la sociedad.
JASBLEYDI ANDREA JIMENEZ
ZAPATA
CC 107608487
CEAD JOSE ACEVEDO Y GOMEZ
ENFOQUE
DEL CICLO VITAL
Desde esta perspectiva
(Neugarten, 1975; Baltes, 1987) se considera el proceso de envejecimiento como un continuo a lo largo
de la vida. Este enfoque tienen en cuenta no solo los factores ligados al paso del
tiempo enla personas, sino también los relacionados
con el contexto cultural e histórico al que pertenecen. De igual forma, se consideran las experiencias vitales
individuales, normativas y no normativas. Así, se sostiene que, a lo largo de la existencia, se
va incrementando la variabilidad interindividual de modo que, a medida que se
envejece, las personas van siendo más diferentes
entre sí.
Entre los supuestos
básicos del ciclo vital, está el de que a lo largo de la vida se produce un equilibrio entre las ganancias y
las perdidas que se experimentan. En los
primeros años de vida hay un predominio de las ganancias, mientras que
durante la vejez ocurre el proceso
contrario, y son las pérdidas las que sobresalen. Sin embargo, se considera que a lo largo de la vida hay una
coexistencia de estos dos elementos. Así, en
este enfoque se reconoce que se producen ganancias incluso en los
últimos años de la vida de los sujetos.
Por otra parte, se toma en cuenta la existencia de las diferencias inter e intraindividuales, y que el paso del
tiempo no tiene por qué afectar de la misma
forma a todas las habilidades. Así, mientras algunas de ellas podrían
permanecer estables o incluso mejorar,
como es el caso de la inteligencia cristalizada, otras, como la inteligencia fluida, experimentarían un
declive con el avance de la edad.
En cuanto a la
variabilidad interindividual, se plasma en tres formas de envejecer: la vejez normal, que cursa sin
discapacidades, la vejez patológica, asociada a
enfermedades generalmente crónicas, y la vejez competente, saludable o
con éxito. Este último tipo de envejecimiento, implicaría diferentes
estrategias para minimizar las amenazas de pérdidas a través de diferentes
mecanismos, como son los de selección, compensación
y optimización.
En la selección, los
sujetos eligen sus objetivos y las estrategias para alcanzarlos en función de los recursos que consideran que
disponen. En definitiva, se trata de saber
escoger las actividades y esfuerzos que sean los más adecuados para
conseguir armonizar las exigencias ambientales y las disposiciones biológicas y
motivacionales.
La optimización supone minimizar las perdidas y
maximizar las ganancias conseguidas, lo
que requiere la aplicación de un conjunto de factores conductuales que impulsen
la mejora del individuo. Entre los elementos que se consideran relevantes para la
tarea de optimización están el conocimiento cultural, la práctica y el
esfuerzo. El organismo responde a las pérdidas adquiriendo nuevas estrategias
que le permiten seguir alcanzando metas, ya que existe una capacidad de reserva
de aprendizaje a lo largo de toda la
vida, independientemente de los años que se tengan (Baltes y Baltes, 1990;
Fernández-Ballesteros, 2000).
Finalmente, el mecanismo
de compensación implica contrarrestar las pérdidas por medio de las capacidades que no han
experimentado un decremento, así como a la posibilidad de reparar el declive
mediante entrenamientos concretos.
Por lo tanto, desde esta
perspectiva, el ser humano es concebido como un organismo activo y con
capacidad de plasticidad suficiente para adaptarse y para compensar, en cierta
medida, las pérdidas que experimenta.
Referencias:
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