domingo, 14 de octubre de 2012


PROSPECTIVA DE UNA CULTURA DE LA VEJEZ



En la actualidad existen muchos estereotipos en el tema de la vejez, prejuicios contra la vejez, y hasta la llamada gerontofobia.
Entre los prejuicios negativos que la cultura ha reservado para la vejez se encuentran los siguientes: "La vejez como antesala de la muerte, como un mundo de dolor", "Llegar a viejo es quedarse solo sin ningún apoyo", "La vejez como sinónimo de enfermedad y deterioro físico", "Para el viejo todo se acaba, todo termina”.
Pero no en todas las culturas la vejez es vista como una etapa de la vida mala existen algunas designaciones de carácter social que ofrecen una imagen muy positiva de la vejez. La  vejez en algunas culturas es vista como la  edad dorada, "La vejez hermosa época de cosecha, de paz y de tranquilidad", “la vejez como etapa de conocimiento y adquisición de experiencia total”.
Según estudios realizados en nuestro país  se considera vieja a una persona según la sociedad Colombiana desde lo 65 años aproximadamente y al hablar de vejez se mencionan factores tales como la menor fuerza física, los cambios en la apariencia corporal y la pérdida de memoria, más que por la edad en sí misma. 
Como seres humanos debemos dejar estos estereotipos a un lado para empezar a crear una cultura de la vejez que nos permita proteger a las personas de la tercera edad, porque ellos también hacen parte de nuestra sociedad, son personas que han aportado a nuestra sociedad son de las personas que mas vamos aprender ya que tienen un recorrido por cada una de las etapas y tienen mucho que aportarnos, todo llegaremos a las tercera edad y si se siguen con esos estereotipos y con ese concepto no tan bueno de l vejez posiblemente mas adelante vamos a ser rechazados por la sociedad.

JASBLEYDI ANDREA JIMENEZ ZAPATA
CC 107608487
CEAD JOSE ACEVEDO Y GOMEZ

ENFOQUE DEL CICLO VITAL
Desde esta perspectiva (Neugarten, 1975; Baltes, 1987) se considera el proceso  de envejecimiento como un continuo a lo largo de la vida. Este enfoque tienen en cuenta  no solo los factores ligados al paso del tiempo enla personas, sino también los  relacionados con el contexto cultural e histórico al que pertenecen. De igual forma, se  consideran las experiencias vitales individuales, normativas y no normativas. Así, se  sostiene que, a lo largo de la existencia, se va incrementando la variabilidad interindividual de modo que, a medida que se envejece, las personas van siendo más  diferentes entre sí. 
Entre los supuestos básicos del ciclo vital, está el de que a lo largo de la vida se  produce un equilibrio entre las ganancias y las perdidas que se experimentan. En los  primeros años de vida hay un predominio de las ganancias, mientras que durante la  vejez ocurre el proceso contrario, y son las pérdidas las que sobresalen. Sin embargo, se  considera que a lo largo de la vida hay una coexistencia de estos dos elementos. Así, en  este enfoque se reconoce que se producen ganancias incluso en los últimos años de la  vida de los sujetos. Por otra parte, se toma en cuenta la existencia de las diferencias  inter e intraindividuales, y que el paso del tiempo no tiene por qué afectar de la misma  forma a todas las habilidades. Así, mientras algunas de ellas podrían permanecer  estables o incluso mejorar, como es el caso de la inteligencia cristalizada, otras, como la  inteligencia fluida, experimentarían un declive con el avance de la edad. 
En cuanto a la variabilidad interindividual, se plasma en tres formas de envejecer:  la vejez normal, que cursa sin discapacidades, la vejez patológica, asociada a  enfermedades generalmente crónicas, y la vejez competente, saludable o con éxito. Este último tipo de envejecimiento, implicaría diferentes estrategias para minimizar las amenazas de pérdidas a través de diferentes mecanismos, como son los de selección,  compensación y optimización.
En la selección, los sujetos eligen sus objetivos y las estrategias para alcanzarlos  en función de los recursos que consideran que disponen. En definitiva, se trata de saber  escoger las actividades y esfuerzos que sean los más adecuados para conseguir armonizar las exigencias ambientales y las disposiciones biológicas y motivacionales.
La  optimización supone minimizar las perdidas y maximizar las ganancias  conseguidas, lo que requiere la aplicación de un conjunto de factores conductuales que impulsen la mejora del individuo. Entre los elementos que se consideran relevantes para la tarea de optimización están el conocimiento cultural, la práctica y el esfuerzo. El organismo responde a las pérdidas adquiriendo nuevas estrategias que le permiten seguir alcanzando metas, ya que existe una capacidad de reserva de aprendizaje a lo  largo de toda la vida, independientemente de los años que se tengan (Baltes y Baltes, 1990; Fernández-Ballesteros, 2000).
Finalmente, el mecanismo de  compensación  implica contrarrestar las pérdidas  por medio de las capacidades que no han experimentado un decremento, así como a la posibilidad de reparar el declive mediante entrenamientos concretos.
Por lo tanto, desde esta perspectiva, el ser humano es concebido como un organismo activo y con capacidad de plasticidad suficiente para adaptarse y para compensar, en cierta medida, las pérdidas que experimenta.
Referencias:

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